Asamblea en la
carpintería
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea; fue una
reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la
asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido,
y además se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también
fuera expulsado el tornillo, dijo que había que darle muchas vueltas para que
sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a
su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y
siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición que fuera
expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su
medida, como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el
delantal e inicio su trabajo.
Utilizó el metro para medir el largo de los maderos
que servirían de patas de la mesa pues necesitaba que todas quedaran igual.
Luego, con el martillo clavó las puntillas que aseguraban que las patas de la
mesa no se separaran de la parte de arriba. Después tomó la lija y con ella y
frotó las patas de la mesa, la tabla y también las sillas. Todo quedó suave y
liso, se podía pasar la mano sin que se lastimara. Con los tornillos aseguró
los adornos que colocó en el espaldar de cada silla.
Finalmente
la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la
asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el
serrucho, y dijo:
Señores, ha quedado demostrado que tenemos
defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades.
Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no
pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de
nuestros puntos buenos La asamblea encontró entonces que el martillo era
fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y
limar asperezas. Observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir
muebles de calidad.
profe Angélica yo estuve participando en segundo de la asamblea en la carpintería y a mi me toco actuar de martillo.La enseñanza que me deja es que no importa las diferencias sino nuestras semejanzas.
ResponderEliminarMe encanta que estés explorando los diferentes espacios del blog. Gracias por ello. En cuanto a lo que cuentas acerca del mensaje de la lectura, comparto que las semejanzas son importantes porque es encontrar cosas comunes para compartir con el otro, sin embargo, creo que las diferencias también importan en la medida que nos complementan. Lo que yo no sé hacer bien, me lo puede enseñar ese otro que sí le gusta y lo sabe.
EliminarUn abrazo!!
gracias profe
ResponderEliminargracias profe
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